Sergio Mastretta.
Con la memoria crítica construir la historia de la violencia política en Puebla. Elecciones generales del 1 de julio del 2018. Entre las 2 y las 6 de la tarde una veintena de secciones electorales son asaltadas a balazos por bandas armadas, en una jornada de violencia como no se había visto en décadas en la ciudad de Puebla.
Este es el recuento testimonial de una acción simple repetida al menos veinte veces: grupos de alrededor de diez hombres bajan de dos o tres vehículos que estacionan frente a los centros de votación; realizan disparos al aire para ahuyentar a los votantes que esperan afuera; cuatro o cinco entran a las instalaciones y, según el caso, balean el aire, las paredes, las puertas y, al bulto, a funcionarios y votantes; avientan mesas, papelería, arrebatan al azar urnas, las patean, las despanzurran; en segundos, dejan patas pa’rriba las casillas.
Contar lo ocurrido con las voces que sufrieron la violencia. Exigir justicia.
Salvar la democracia en Puebla.
La dimensión de la violencia
Abrir la mirada larga a la magnitud de la violencia orquestada ese domingo primero de julio.
El mapa de la violencia electoral
En este mapa puedes ubicar las secciones con violencia durante las elecciones del pasado 1 de Julio.
Las secciones de la violencia en Puebla
Testimonios, crónicas, fotografías y videos de lo ocurrido en las secciones electorales de la Ciudad de Puebla
941 | 981 |1012 | 1035 | 1050 | 1055 | 1061 | 1065 | 1072 | 1076 | 1078 | 1187 | 1197 | 1206 | 1215 | 1366 | 1369 | 1372 | 1411 | 1537 | 1593 | 1408 | 1410 | 1534 | 1550
La acción orquestada
Es una acción orquestada: los asaltantes fueron convocados y se reunieron para cumplir órdenes específicas. Aquí, según denuncia ante el INE, el grupo que arrasaría la Sección 1593 en San Francisco Totimehuacán. Eso diremos muchos esa misma tarde. El mismo “modus operandi”, afirmarán los detectives que nunca aparecerán ese día…
¿Qué ocurrió el 1 de Julio del 2018 en Puebla? ¿Quién orquestó los ataques a las casillas? ¿Quién tiene en la ciudad el poder de control sobre los grupos de hampones organizados? ¿Por qué la ausencia total de fuerza pública solicitada en centenares de llamadas de auxilio? ¿Por qué no hay un solo resultado en las investigaciones a cargo de las autoridades locales y federales?
Y más a fondo: ¿tienen los grupos de poder fáctico que lanzaron a estas bandas criminales la fuerza para violentar así la ley? ¿Es de tal magnitud la indefensión de los ciudadanos ante este ataque a las frágiles instituciones democráticas que hemos logrado construir en México en los últimos treinta años?
Cuatro meses después sólo queda el recurso de la memoria histórica. Aprender a contar nuestra historia reciente, para no vernos arrastrados como piedras inertes en un río de acontecimientos incomprensibles que sin embargo marcan el derrotero cierto al abismo de una sociedad inerme.
Partir de la memoria inmediata, la más certera, la que no admite especulación, la que permite plantar los interrogantes más severos. La que se impone para la historia de la infamia de la democracia en Puebla.
Memoria crítica, entonces, la que construye respuestas colectivas inteligentes, la que funda movimientos sociales de transformación democrática desde la acción civil organizada.
Contra la disolución de la memoria, entonces, este relato colectivo y su construcción desde la narración periodística, la herramienta más a la mano para contar la historia inmediata.
La escena se repite al norte y al sur de la ciudad de Puebla: disparos en la calle y en los patios de las secciones, destrozo de las casillas, robo de urnas, huida. Aquí, los instantes finales de la irrupción en la escuela Vicente Suárez, en Totimehuacán.
M E M O R IA IN M E D IA T A
La que se impone para la historia de la infamia de la democracia en Puebla
Una acción contra la que no hay justicia
Asaltantes de la sección 1534 detenidos y casi linchados en la avenida 24 sur, posteriormente liberados por la justicia federal.
En los disturbios que siguieron al asalto armado a la Sección 1534 el 1 de julio por la tarde, y tras el choque del vehículo en el que los criminales escapaban, dos de ellos fueron detenidos por los ciudadanos que se encontraban en la avenida 24 Sur, en Xilotzingo.
Los dos fueron detenidos y vinculados a proceso por la FEPADE por la probable posesión ilícita de 8 mil 800 boletas y cuatro urnas electorales.
De entonces para acá, fines de octubre del 2018, no hay disponible información alguna sobre este proceso, salvo, y por declaraciones extraoficiales del INE en Puebla, que fueron liberados “bajo las reservas de ley”. Los funcionarios de FEPADE en la ciudad de México, a pregunta de Mundo Nuestro, no tienen otra respuesta que la de que no es posible dar información a terceros que no sean familiares o que tengan vínculo directo con el caso. “Se puede violentar el proceso legal que se sigue”, dicen.
La narración primera
A las 4.53 de la tarde me entero por mi sobrina Leonor Mastretta que nuestra casilla 1187, a tres cuadras de casa, en San José Mayorazgo, ha sido asaltada a balazos. Ella y su hija Sofía, se han resguardado bajo un coche a unos metros de la Sección instalada en la escuela Isidro Burgos. Mi hija Ana ha votado por la mañana. Yo lo hice a medio día. No tengo otra noticia más que la voz de mi sobrina por el celular.
Decido cumplir con mi oficio y acudo inmediatamente a ver lo que quedó de mi casilla. El portón cerrado y los votantes abrumados. Obtengo un primer registro gráfico y el testimonio en audio de un vecino que atestiguó la balacera.
La voz primera de un vecino
El testimonio del reportero
Nada más que hacer en mi casilla. Me llega la alerta de lo que ocurre en Xilotzingo. Entonces tendré una idea de que el ataque en San José Mayorazgo es uno entre muchos que corren como buscapiés en las redes sociales. La escena –la camioneta volcada, el gentío que mantiene el cerco sobre la patrulla con los hampones detenidos, apenas sobrevivientes del linchamiento, las narraciones espontáneas, la ingenuidad de quienes imaginan posible la reanudación del voto en la Sección 1534, la osquedad de los granaderos, la previsible represión por venir– la reproduzco con el celular, y la planto como segundo recuento de testigos sobre la violencia el 1 de julio.
La elección en Puebla contradice al país
Por la noche, ya cuando el país celebra una elección histórica, yo tengo que dar cuenta de que en Puebla el poder despótico nos ha hecho retroceder al año de 1940
Vengo de lo sucedido en la 24 Sur –publico a la medianoche en Mundo Nuestro–, en la casilla 1134 de la colonia Xilotzingo. Una camioneta huye luego de que sus ocupantes balearan la casilla y se robaran la urna de Presidente, pero choca en la esquina contra una Jeep Liberty y vuelca. La gente que persigue a los hampones logra detenerles. No está claro en las versiones lo que ocurre, pero el hecho es que cuando llego me encuentro un operativo de la policía municipal y estatal y a una muchedumbre mentando madres. Muchos fotógrafos de prensa en el lugar. Tres detenidos dentro de una patrulla que custodia un cinturón de uniformados. La camioneta volcada contiene la urna robada y las papeletas con los votos emitidos regados entre los asientos; se ven credenciales de elector y billetes de a 200 pesos por aquí y por allá. Confirmo que la unidad en algún momento sirvió en el MP del gobierno de Moreno Valle, pues todavía alcanzan a identificarse rótulos de esa dependencia. Todo esto ocurrió a las 5 de la tarde, más o menos. Para las 7.30 no ha llegado el ministerio público ni funcionario alguno de la FEPADE.
La ciudanía inerme
La incapacidad de las instituciones electorales para responder a la violencia orquestada tuvo en la nula respuesta de las fuerzas de seguridad pública su fundamento. Las actas de las reuniones de trabajo en las juntas del INE y el IEE dan cuenta certera de la parálisis en que se sumieron los organismos, pero también confirman el conocimiento preciso que tuvieron de la gravedad de los asaltos a las secciones en la ciudad de Puebla. Y las reacciones y posturas que asumieron ante los acontecimientos cada uno de los funcionarios públicos responsables de la elección.
Una autoridad electoral rebasada y unas fuerzas de seguridad pública desaparecidas. Esa es la realidad con la que los ciudadanos nos quedamos al final del día. Una sociedad inerme.
Construir una mirada colectiva
La mirada inmediata también se sostiene en la decisión de dar tu testimonio. Las semanas siguientes me llevarán en su búsqueda. Tres voces reflejan el ánimo espontáneo, angustiado y dolido, pero también decidido a convertirlo en un reclamo por justicia.
La figura del terror
La figura de la capacitadora
La figura ciudadana
Por qué doy mi testimonio
La respuesta es directa, y me la dan tres mujeres que dedicaron su domingo electoral a participar como ciudadanas en la organización de la jornada en la Sección 1187. Ellas me dan una buena idea de que la transformación democrática de México ha llegado muy lejos. A las tres les pesa un coraje que no se guardan, pero también una desesperanza que las ahoga.
¡Quiero que se haga justicia!
“Quiero que se haga justicia, que se vea toda la participación que hubo, las personar fueron contentas a votar, y resulta que hubo agresiones contra la vida. Sobre todo, que no quede impune esto.”
Patricia Flamand Merino
Hagamos un análisis de fondo, ¿por qué esta violencia?
“Hagamos conciencia, ¿por qué se dieron estas cosas? Se pelean muchos intereses
políticos, y esto no ayuda a la democracia.”
Martha Curro Castillo
¿Dónde está mi voto?
“Me robaron mi voto me robaron mi seguridad. Ahora me pregunto, ¿dónde estoy?, ¿quién soy?, ¿Volveré a participar…”
Laura Helena Jácome Varela
Dar a conocer la verdad de lo que sucedió
“Yo ya había visto una camioneta negra que iba y venía, era último modelo con vidrios polarizados, no era una camioneta cualquiera.”
Aurora Álvarez Carreto
Sufrí un atentado terrorista
“Patina y se cae, y al momento que va cayendo, vota la urna, ésta se cae y se abre, y se desparraman todos los votos.”
Sergio Saldaña Ramírez
Tírese vieja jija de tal por cual…
“Y balacean la puerta y empiezan a gritar y entonces lo que me dicen es “Tírese hija de no sé qué, vieja de tal cual” y me quedé ahí en la puerta con las manos en la cabeza.”
Socorro Ruiz Valencia
La visión crtítica
El Estado y el gobierno democráticos deben garantizar que la integridad física de quienes participan en una jornada electoral (votantes, funcionarios de casilla, representantes de partidos, personal de la institución que organiza las elecciones, medios de comunicación y todas las personas que en distintos momentos o todo el tiempo que dure la jornada, se encuentre en una casilla electoral) esté a salvo del ataque de individuos o grupos que tienen cierta capacidad de ejercer violencia física ilegal e ilegítima y cuyo fin es, al menos, alterar la libertad y la autenticidad de una elección.
Ir a la fuente original de Mundo Nuestro.
http://mundonuestro.mx/violenciaelectoral/index.html