Foto: Poblanerías

Esperar la muerte en una silla

Entrevista

Itzel Jiménez Ríos

 

Al otro lado de la línea la voz es angustiosa pero en cierta forma resignada, ahora sólo falta esperar, ahora está bien, ahora lo están atendiendo; la historia de este paciente es una más de las miles de historias que están ocurriendo en nuestros hospitales y clínicas, lo que no quita lo extraordinario que puede ser contagiarse del virus en una ciudad mexicana como Puebla, donde nuestra única defensa es un cartilla de afiliación que no indica todo lo que le hemos pagado durante años en cada una de nuestras quincenas y que, desde luego, no corresponde a la estrafalaria espera de un enfermo grave, en una silla, para que cinco días después lo atiendan.

 

FC: Los que han estado al pendiente de la salud de mi hermano, de todos los trámites y eso, son sus hijos, mis sobrinos. Yo te puedo compartir lo que yo estoy enterado por las pláticas que tengo vía telefónica con ellos.

Itzel Jiménez Ríos: ¿Él a qué se dedica?

FC: Él es empleado, es mecánico industrial.

IJ: ¿Me imagino que había estado saliendo? ¿O sí intentó hacer la cuarentena?

FC: Así es.

IJ: ¿Qué edad tiene su hermano?

FC: 57

IJ: ¿Y padece alguna enfermedad que lo haga población de riesgo?

FC: Pues empezaba a ser hipertenso.

IJ: ¿Cuándo empezaron los síntomas?

FC: Dicen que el 18, 19 de mayo.

IJ: ¿Y algún otro miembro de su familia se enfermó?

FC: Bueno, hasta ahorita le mandaron cuarentena a su esposa, que se aislara, justamente hoy se van a ir a hacer las pruebas las personas que estuvieron en contacto con él, se van a ir a hacer las pruebas.

IJ:¿Su hermano tiene alguna protección social, o sea, seguridad social?

FC: Sí, está en el Seguro Social.

IJ: Su sobrina puso en su estado de Facebook que primero llegaron a un hospital, no había lugar. ¿nos podría comentar algo más?

FC: Sí, a La Margarita, fue el primer contacto, al Seguro Social.

IJ: Okey ¿llegaron al IMSS de La Margarita y les dijeron que ahí no había lugar?

FC: Pues, de hecho, él ingresó el sábado 23 a urgencias, y en urgencias lo que le pusieron fue oxígeno y suero, con medicamento. Él ya iba delicado, porque antes de irse al seguro estuvo atendiéndose con un médico particular que le estuvo dando paliativos, y cuándo le hizo una placa y vio la gravedad del caso, le dice pues que no, que él ya no lo puede atender, que se escapa de sus manos, y lo manda a su clínica del Seguro y ya en el Seguro lo canalizan.  Entonces, mire, el primer contacto fue en su clínica, que me parece que es la de Amalucan, y ya de ahí lo mandaron a La Margarita, que es hospital Covid.

IJ:¿Me comentaba es que le pusieron oxígeno, pero que no había camas?

FC: Exactamente, ahí lo tenían en una silla, a la vista, donde llegan todos y ahí es en dónde está el problema ¿no?, si no llegan contagiados ahí se contagian.

IJ: Claro ¿y cuánto tiempo estuvo en La Margarita?

FC: Desde el sábado 23, hasta el 27 de mayo.

IJ: O sea ¿estamos hablando de que estuvo casi una semana sin cama?

FC: Y después, a la semana, les dijeron que ya había lugar en otra clínica. Bueno aquí pasó algo, pues yo digo que muy grave, porque el día 26, el martes 26 en la tarde, pregunta mi sobrina que cómo iba el estado de salud de su papá; no, pues ya no está aquí, le dicen. ¿Cómo que ya no está aquí? Sí, ya se lo llevaron a Metepec, que era de las alternativas que les habían ofrecido, Metepec o San José, pero nunca se hizo. Entonces ese día 26 les dicen: “no, pues ya se fue a Metepec”, Ajá, ¿y quién autorizó o qué? “Pues ya está allá, aquí ya no te podemos dar informes”. Y ahí se va a Metepec, llega allá y lo encuentra.

Dice que por lo menos en La Margarita ya lo habían colocado en una camilla, y llega allá y lo vuelve a encontrar en una silla, por eso pudo hablar con él, que le decía que se sentía muy mal, que se sentía muy mal; desde las 5:30 que llegaron a Metepec ahí lo tuvieron en la silla, junto con otras personas también en el mismo estado. Y finalmente le dicen que no, que no lo pueden recibir ahí, que lo tienen que regresar a La Margarita.

En ese estado tan delicado en el que iba, yo hablé con varias personas que trabajan en el seguro, médicos, radiólogos que conozco, incluso hablé con una persona que fue secretario de salud del estado con Moreno Valle, que fue presidente municipal de Atlixco y acudimos a él para solicitar su ayuda. Y nos dijo: “Es que no lo debieron haber movido. En ese estado de gravedad que él tiene no lo debieron haber movido, debieron haberlo atendido en La Margarita porque en Metepec no había lugar”. Entonces nos dicen que “va a regresar, que va a regresar”.

Bueno y ¿porqué no lo regresan?, preguntábamos. Es que no hay ambulancias. Ya después llega una ambulancia, “es que no hay chofer”; por fin llega el chofer y dice: “es que estamos esperando a que se llene la ambulancia, porque hay otras dos personas que se van para allá”; pues hasta que se juntaron las personas las trajeron.

Ellos ingresaron a la una de la mañana al hospital de La Margarita y, pues, lo mismo, lo dejan en las mismas circunstancias, o sea, no hay mucha diferencia; La Margarita, Metepec, lo mismo, estaba en una silla, con muchas dificultades para respirar, pues, con toda la angustia y fue un tiempo muy muy valioso. Hasta ayer en la tarde fue que ya lo pudieron trasladar a San José, pero ya su estado es muy muy crítico; anoche nos llega un reporte, llegó a las 5:30, pues lo mismo, “espérate porque no hay cama”, a nosotros nos habían dicho que ya había una cama, que ya estaba disponible, pero todavía tardó otras dos o tres horas para que lo pudieran atender y darle su tratamiento; un poco más tarde, pues, ya nos hablan, que “está en muy muy malas condiciones”.

Pues sí, claro, con el mal trato que tuvo en La Margarita, principalmente en La Margarita, porque en Metepec ya ni eso, pues, no había lugar, pero ese fue tiempo muy valioso, yo lo que concluyo es que, pues si el Covid es un asunto muy grave, es más grave lo que pasa en los hospitales.

IJ: Claro, ¿pero ahorita en San José ya tiene cama? ¿Ya está siendo bien atendido?

FC: Sí, ya está en piso, ya están atendiéndolo y pues esperemos que no haya sido demasiado tarde.

IJ: Pues sí, esperemos. Y me imagino que ustedes no pueden tener ningún contacto con él.

FC: No, más que sus hijos, ellos son los que lo han estado apoyando y de repente estuvieron mucho conviviendo con él, que es mi preocupación ahorita, pero finalmente ellos son los más indicados, nosotros los estamos apoyando constantemente, por lo menos vía telefónica, dándoles algunos consejos, haz esto, haz aquello o yo llamo a alguna persona para que te ayude, pero, pues así estamos.

IJ: Inmediatamente, la primera vez que llegó a Amalucan ¿no? Me dijo ¿tardaron mucho en darle el oxígeno?

FC: No, ahí sí, cuando llegamos a La Margarita inmediatamente le pusieron el oxígeno.

IJ: Pero no había tenido ningún acercamiento a un hospital o a una institución pública, todo antes del oxígeno fue con su médico particular.

FC: Así es.

IJ: ¿Cómo calificaría usted el trato de los doctores hacia él? Bueno, es que me imagino que no ha tenido contacto.

FC: Lo que mis sobrinos me comentan constantemente es que ha habido mucha desinformación. Se entiende que por la emergencia, que están saturados o rebasados o lo que sea, pero la comunicación es muy mala, incluso nosotros lo decíamos, porque ellos, para esperar informes siempre estuvieron en la calle, o sea, literalmente la gente está abarrotada en la calle esperando a que salga alguien. Yo no sé si es un doctor, alguna trabajadora social o quién sea el que les notifica, yo decía bueno ¿Por qué viendo esta situación de contagios no solicitan un teléfono? Y que digan, sabes qué, por teléfono te vamos a estar informando, necesitamos que vengas, pero no que los tenga todo el día ahí, sin comer, o sea, arriesgándose a contagiarse, con la zozobra y durmiendo ahí.

Pasan la noche completa, porque dicen “Aquí tienen que estar, si los necesitamos, aquí tienen que estar”; entonces la gente está ahí, sufriendo las inclemencias del tiempo, la desinformación y donde nadie sabe nada, y “¿oye cómo va?” No, no sabemos, espérate, no sabemos; entonces eso desespera mucho.

Ya hasta que llegó a San José, ahí sí ya le dijeron: “bueno mira, ya está aquí, está muy grave, ya lo canalizamos, ya se está estabilizando, no tiene caso que estés aquí. Ve a tu casa, nosotros te llamaremos por cualquier cosa”.

IJ: Pero a ver, estamos hablando de que, o sea, el primer acercamiento al hospital fue el 18 o ahí empezaron los síntomas?

FC: El 18 empezaron sus padecimientos y el hospital lo pisó hasta el 23.

IJ: Estamos hablando entonces de que estuvo cinco días de un lado a otro, antes de que pudiera estar en una cama.

FC: Con un particular, dándole medicamento, tómate esto, que tómate aquello, que es una gripa, digo, ahí perdió mucho tiempo.

IJ: ¿Les han intentado pedir dinero por algún servicio? O ¿algún tipo de soborno para que pasará antes a las camas?

FC: No, que yo sepa.

IJ: Pues sí está terrible la situación ¿qué tal vio las medidas de protección por parte del personal médico? ¿Usted tuvo algún acercamiento al hospital?

FC: No, ninguno. La indicación fue que no nos íbamos a exponer, para no ponerse en riesgo.

IJ: Muchas gracias, esperamos que se mejore su hermano.

FC: Gracias a usted, señorita.