Testimonio anónimo de un operador político poblano:
Cuando Jesús Reyes Heroles se dio cuenta de que la olla exprés estaba por reventar, modificaron la ley electoral. Esto sigue pasando, todo esto, nunca va a bastar la ley para impedir que se manipulen las elecciones. Nunca. Analicemos la elección de Benedicto XVI, Juan Pablo II le sopló al oído a los cardenales, yo quiero que sea este hombre, es fiel a mí, y ahí estaba Bergoglio, que tenía más votos que Ratzinger, y él dijo, yo le doy mis votos a Ratzinger. Y así fue. Esto pasa en la iglesia, en el ejército, en las empresas y obviamente en el gobierno. Hay que compararlo para que la gente lo entienda. Esa es la condición humana.
Un PAN desorganizado, dividido, sin ninguna autoridad; si Acción Nacional se reorganiza, si llega un dirigente prestigiado que sepa mandar, no pelear, puede ganar la próxima elección en los municipios más importantes y en el Congreso del Estado.
¿Qué pasó en el 2019?
Lo que sucedió es que candidato de Morena, Luis Miguel Barbosa, obtiene un menor número de votos que el candidato del PAN, Enrique Cárdenas; menor, menos votos. El candidato de Morena gana por los votos del PT y del Verde. Por eso ganó. Ahora, qué es lo que ocurrió: en la Sierra Norte y en el sur de estado la mayor parte de electores votó por Barbosa. Cabe mencionar dos factores: el primero, en parte, la gente decía: “Ya estamos huérfanos, pues a votar por el que viene, ya no nos queda otra”, y porque además no conocían al candidato del PAN, que no fue hasta esos niveles de las regiones del norte y del sur del estado. Pero el segundo factor, que es el más importante, fue el financiamiento que se les dio a través de la Secretaría de Finanzas, siendo titular Estefan. ¿Para qué?, para quedarse en Finanzas, para decirle a Barbosa, mira, yo te ofrecí y te di todo esto. Estefan de por sí dominaba toda la zona sur del estado de Puebla.
Un alto funcionario le encargó a su gente los distritos de Puebla capital. Sólo se ganó en uno de los 6 distritos que conforman el municipio. Bueno, no perdió él, sino a quienes se los encargaron; por ejemplo, Guillermo que, teniendo toda la experiencia, siendo secretario del SNTE, diputado, se le asignó un distrito y lo perdió, teniendo todos los recursos. Es decir, el funcionario logró el triunfo en un solo distrito. En uno de los distritos por parte de Morena les dimos a la gente para que hicieran la operación, ahí el coordinador que se puso, pudo ganar. Un delegado dijo: “Es que no completamos los representantes de casilla”. ¿Pues cuántos quieres o qué?, que son 200 y tantas casillas, bien, les dieron los nombres para tener a todos los representantes en todas las casillas.
A muchos les llegó la lana en efectivo, directo. Estefan lo hizo con operadores de diversos partidos del estado, ellos mismos dicen cuánto les dio. Ese es el más poderoso medio para el voto. La gente no votó por ideologías. Primero votó porque ya estaban huérfanos, ya estaban muertos. Segundo, por el dinero, que es lo que la gente siempre espera. No es la primera vez. Desde 1917 hasta la fecha, siempre se ha obtenido el triunfo a cambio de dinero, todas las elecciones, todas. Será muy raro que alguna elección se gane sin ningún tipo de recurso, pero en general todas las demás elecciones no se ganan si no hay lana.
¿Cómo operaba Estefan?
Dándoles atole. Para eso están sus auxiliares electorales, los que van con la gente y le dicen, “Oye, necesitamos que nos reúnas a la gente”, ¿Aquí cuántos electores tienes?, ¿cuánto dinero te hace falta? Ahí están diez, veinte mil pesos, para que tu familia vote por nuestro partido.
¿Qué pasó en el 2019?
Aunque el PAN mandó gente para realizar la misma operación de compra de votos, ya mucha gente no aceptó; los dirigentes, los líderes, los que hacían el trabajo, los huérfanos, pues, esos ya no aceptaron la lana. ¿Por qué? Porque ya no existía un líder, un PAN divido y la única opción fue Enrique Cárdenas, este sin necesidad de comprar nada. Cárdenas por eso no sirvió como candidato, ahí se necesitaba uno que hubiera actuado con decisión y que estuviera dispuesto a todo.
¿Los operadores del 2018 en el 2019?
El exdiputado federal, Eukid Castañón, se hizo a un lado en el 2019. Pero gente como Silvia Argüello sí participó con Barbosa. Muchos de los priistas que habían intervenido como principales operadores con Rafael se fueron con Barbosa. Si platicabas con la gente de los distritos te decían: “Me pidieron que jalara con Barbosa”. Todos se fueron, pagados, por supuesto.
Y aquí en México, como lo es en Estados Unidos, las elecciones están al mejor postor. El mejor ejemplo es Trump. Veamos la historia de Puebla. Maximino quería ser candidato antes de Mijares, pero Calles apoyó a este. Entró de interino Gustavo Ariza, un extraordinario abogado, que era el secretario de gobierno. Después lo mandó matar Maximino porque le ganó un pleito por los terrenos de Agua Azul, no se los pudo quitar a sus dueños. Maximino no tenía lana para su campaña, tuvo que acudir con un señor de nombre Rosendo Cortés, que había recogido bolsas de dinero cuando pasó Venustiano Carranza por rumbo de Acatzingo en el ferrocarril; Maximino, fue a ver a Rosendo que apenas sabía leer y escribir y que acabó de diputado y senador por Puebla, en recompensa de Maximino. El dinero lo hace todo, absolutamente todo, poder y dinero; al revés, dinero y poder. No hay ley. AMLO ahora va a cambiar a estos consejeros electorales, va a poner a gente suya. Ya les bajó el presupuesto al INE, pero por el otro lado se les da su recurso. Y ya.
Moreno Valle habrá gastado unos diez mil millones en el 2018, y no era nada para él. Las encuestas, sus libros y luego dale dinero a cada candidato. Es difícil saber cuánto se llevó cada distrito, pero piensa en Teziutlán, ese Peredo tiene toda la lana, Moreno Valle no necesitó darle, por eso lo escogió.
Es normal, la gente se va con el que gana, con el que puede, es la voluntad humana, es intrínseco al ser humano. Son chapulines, es la naturaleza humana, no prevalece la ideología, el raciocinio es orden, dinero y poder.
En el 2021 van a ganar los candidatos de Morena, y de la forma que decimos. ¿Por qué?, porque el PAN no se ha reorganizado, se están peleando todavía, pero si se reorganizan pueden ganar. El PRI está medio muerto. Morena tiene al Estado. Barbosa va a poner a los consejeros del instituto electoral y va a tener el control, pero si el PAN aprovecha que la gente está enojada por las pésimas gestiones de sus presidentes municipales de Morena, puede ganar, porque sabe cómo se organiza la elección. Pero el que quiera ganar una elección en la ciudad de Puebla debe gastar unos mil millones (de pesos).
Eso pasa también en la religión. El cardenal Norberto Rivera, cuando era obispo en Tehuacán, no hacía nada que no le autorizara Socorrito, porque ella era la que le daba el dinero. Cerró los seminarios que preparaban curas para la teología de la liberación. El obispo Sánchez llegó por Norberto. ¿Y los Legionarios de Cristo?, ellos movían la lana para Juan Pablo II… Pero bueno, todo eso se hace por dinero. En la política, en el ejército, en la iglesia.
La democracia, como tal, nunca ha existido en México. Ni con Benito Juárez, él ya iba por su segunda reelección cuando se murió. La nuestra es una democracia controlada desde arriba. El presidente tiene el control absoluto. Y el país está controlado por Estados Unidos.
Todos los programas sociales para los jóvenes y personas de la tercera edad que (AMLO) lleva adelante son para asegurar sus votaciones, sus elecciones. Luego dirá “el pueblo quiere que me reelija”. Porque ve todos los que le quieren suceder, que el del senado, que los de Morena, ojalá se produjera ese desmadre, porque entonces es cuando pierde fuerza y tiene que surgir un nuevo liderazgo.
Fragmento de uno de los testimonios anónimos que aparecen en el libro Dinero Ilegal, elecciones y operación de Estado en Puebla, Episodio 3, de Sergio Mastretta, PCCI, 2020.
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